su misma vida que han consagrado al Estado, está continuamente protegida, y quando la exponen por su defensa, ¿qué otra cosa hacen sino dar á la Patria lo que han recibido de ella? Qué hacen que no hubieran hecho mas freqüentemente y con mas peligro en el estado de la naturaleza, quando expuestos á combates inevitables defendieran con peligro de su vida lo que les sirve para conservarla? ¡Oh! todos tienen necesidad de pelear por la Patria, es cierto; pero tampoco hay que pelear por sí. ¿No se gana por lo que toca á nuestra seguridad evitar una parte de peligros á que seria necesario estar expuestos, sino estuvieramos defendidos?
Se pregunta como los particulares no teniendo derecho de disponer de su propia vida pueden transmitirsele al Soberano: esta qüestion no parece difícil de resolverse sino por quanto ella está mal establecida. Todo hombre tiene derecho de arriesgar su propia vida por conservarla.