con este gobierno, se mezclan en ellas la intriga y la corrupcion. Muy difícil es que aquel, á quien el estado se ha vendido, no venda á su vez el mismo estado, y no se desquite con los débiles del dinero que le sacaron los poderosos. Tarde ó temprano todo llega á ser venal en una administracion como esta, y la paz de que se goza con estos reyes es mil veces peor que el desorden de los interregnos.
¿Que se ha hecho para evitar estos males? Se ha establecido que la corona sea hereditaria en algunas familias y que se siga un orden de sucesion que evite las disputas cuando muera un rey, es decir que, sustituyendo el inconveniente de las regencias al de las elecciones, se ha preferido una tranquilidad aparente á una sabia administracion, y el riesgo de que los gefes sean niños, mónstruos ó mentecatos, al de tener que disputar sobre la eleccion de reyes buenos. No se ha pensado que esponiéndose de esta suerte á los riesgos de la alternativa, casi todas las probabilidades son contrarias. Muy juiciosa fué la respuesta que dió el jóven Denis á su padre, quien echándole en cara una accion vergonzosa, le decia: Son estos los ejemplos que te he dado? Ah! contestó el hijo, vuestro padre no era rey.
Todo concurre para privar de justicia y de razon á un hombre educado para mandar á los demas. Mucho trabajo se emplea, segun dicen, en enseñar á los príncipes jóvenes el arte de reinar; mas no parece que les aprove-