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cónsules nombraba un dictador [1]; costumbre que Roma habia adoptado de la ciudad de Alba.

En el principio de la república se recurrió con frecuencia á la dictadura, porque no tenia el estado bastante estabilidad para poder sostenerse con la sola fuerza de su constitucion. Como las costumbres hacian entonces superfluas muchas precauciones que hubieran sido necesarias en otro tiempo, no se temia ni que abusase un dictador de su autoridad, ni que intentase guardarla mas tiempo del señalado. Parecia por el contrario que tan grande poder fuese insoportable, tanta era la priesa que el que lo tenia se daba en dejarlo, como si hubiese sido demasiado pesado y peligroso el ocupar el puesto de las leyes.

Asi que, no es el peligro del abuso, sino el del envilecimiento el que me hace reprobar el uso indiscreto de esta suprema magistratura en los primeros tiempos; pues mientras que la empleaban para hacer elecciones, dedicaciones y otras cosas de mera formalidad, era de temer que se hiciese menos terrible en caso de necesidad, y que se acostumbrasen á mirarla como un título vano, empleado tan solo para ceremonias inútiles.

Hácia el fin de la república, los Romanos, que eran ya mas circunspectos, economizaron la

  1. Este nombramiento se hacia de noche y en secreto, como si se avergonzasen de colocar á un hombre sobre todas las leyes.