teocrático. Hicieron el raciocinio de Calígula, y lo que es entonces raciocinaban bien. Se necesita una larga alteracion de sentimientos y de ideas para poder resolverse á reconocer por señor á su semejante, y para lisonjearse de que se ganará en ello.
Como se colocaba á Dios al frente de cada sociedad política, de aqui se siguió que hubo tantos dioses como pueblos. Dos pueblos distintos y casi siempre enemigos no pudieron reconocer por largo tiempo á un mismo señor: dos ejércitos que dán una batalla no es posible que obedezcan al mismo gefe. Asi es que de las divisiones nacionales resultó el politeismo, y de aqui la intolerancia teológica y civil, que naturalmente es la misma, como se dirá mas adelante.
El antojo que tuvieron los Griegos de encontrar sus dioses entre los pueblos bárbaros, provino del que tambien tenian de creerse los soberanos naturales de estos pueblos. Pero en nuestros tiempos seria una erudicion muy ridícula la que buscase la identidad de los dioses de diferentes naciones. Como si Molok, Saturno y Cronos pudiesen ser el mismo Dios! Como si el Baal de los Fenicios, el Zeos de los Griegos y el Júpiter de los Latinos pudiesen ser el mismo! Como si pudiese haber algo comun entre unos seres quiméricos que tienen diferentes nombres!
Y si se pregunta porque en el paganismo, en el que cada estado tenia su culto y sus dioses, no habia guerras de religion; contes-