VLADIMIRO KOROLENKO
Después de la muerte de Tolstoi, Korolenko ocupó su lugar en el corazón del pueblo ruso. Esto se explica mucho más por su papel en la vida politica del país que por sus obras literarias. Con un valor y una energía indomables, se alzó siempre contra todas las injusticias del antiguo régimen, que se vengaba de él con persecuciones policíacas. Pero ni la prisión, ni Siberia pudieron quebrantar el espíritu de rebeldía de aquel gran ciudadano ruso; por el contrario, las persecuciones no hacían más que estimular su ardor combativo.
Korolenko había nacido en 1853, en Chinuomir (Ukrania). Su padre, juez, era de origen cosaco; su madre pertenecía a la nobleza polaca. La familia era pobre. A la edad de quince años, después de la muerte de su padre, el joven Vladimiro sostenia a su madre y a sus hermanas dando lecciones, que le pagaban muy mal.
En 1870 comenzó sus estudios en el Instituto Tecnológico de Petrogrado, donde durante dos años llevó una vida llena de privaciones; tantas, que no podía permitirse el lujo de comer más que una o dos veces al mes en un restaurante infimo, de