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Página:El gallo de Sócrates (Colección de Cuentos).djvu/62

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Bernardo. Pues, si no fuera profanación, se podría decir que la Nata y sus propietarios, gozaron lacteos candores gracias al matrimonio de Facundo.


III


Pero él no podía contentarse con dirigir una fábrica de manteca. Aquella filosofía escolástica; aquella teología de perro rabirabiado, aquel anhelo de dictar sentencias en primera instancia para mandar precitos á los profundísimos infiernos, necesitaban horizontes más anchos de los que ofrece la raya de Asturias y Galicia.

Voló Facundo. Fué periodista en Valladolid Neo caliente hasta el blanco. Allí empezó á vestir con elegancia y á usar un macferlan que ya no abandonó nunca.

¡Le parecía á él tan chic, tan picante, pensar y sentir como un Torquemada y vestir como un currutaco de Valladolid! Acudió, calada la visera y con cartas de recomendación subrepticias, á multitud de certámenes de la Unión católica, de cofradías