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mi pobre drama, era el padre de mi pobre hijo. Este no podían matármelo los morenos. Dios quería librarlo de las garras de la fiebre; un enemigo mucho más serio que el público de los lunes clásicos.
mi pobre drama, era el padre de mi pobre hijo. Este no podían matármelo los morenos. Dios quería librarlo de las garras de la fiebre; un enemigo mucho más serio que el público de los lunes clásicos.