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El hombre mediocre

fecías o que practican las conocidas con intensidad extraordinaria. Si un hombre encarrila en absoluto su vida hacia un ideal, eludiendo o contrastando todas las contingencias materiales que contra él conspiran, ese hombre se eleva sobre el nivel mismo de las más altas virtudes. Entra a la santidad.

VI . EL GENIO MORAL : LA SANTIDAD

La santidad existe: los genios morales son los santos de la humanidad. La evolución de los sentimientos colectivos, representados por los conceptos de bien y de virtud, se opera por intermedio de hombres extraordinarios. En ellos se résume o polariza alguna tendencia inmanente del continuo devenir moral. Algunos legislan y fundan religiones, como Manou, Confucio, Moisés o Budha, en civilizaciones primitivas, cuando los estados son teocracias; otros predican y viven su moral, como Sócrates, Zenón o confiando la suerte de sus nuevos valores a la eficacia del ejemplo; los hay, en fin, que transmutan racionalmente las doctrinas, como Antistenes, Epicuro o Spinoza. Sea cual fuere el juicio que a la posteridad mcrezcan sus enseñanzas, todos ellos son inventores, fuerzas originales en la evolución del bien y del mal, en la metamorfosis de las virtudes. Son siempre hombres de excepción, genios, los que las enseñan. Los talentos morales perfeccionan o practican de manera excelente esas virtudes por ellos creadas; los mediocres morales se concretan a imitarlas tímidamente.

Toda santidad es excesiva, desbordante, obsesionadora, absorbente, incontrastable: es genio. Se es santo por temperamento y no por cálculo, por corazonadas firmes, más que por doctrinarismos racionales: así lo fueron casi todos. La inflexible rigidez del profeta o del apóstol es simbólica; sin ella no tendríamos la iluminada firmeza del virtuoso ni la obediencia disciplinada del honesto. Los santos no son los factores prácticos de la vida social, sino las masas que imitan débilmente su fórmula. No fué Francisco un instrumento eficaz de la beneficencia, virtud cristiana que el tiempo reemplazará por la solidaridad social; sus efectos útiles son