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José Ingenieros

producidos por innumerables individuos que serían incapaces de practicarla por iniciativa propia, pero que del exaltado arquetipo reciben sugestiones, tendencias y ejemplos, graduándolos, difundiéndolos. El santo de Asís muere de consunción, obsesionado por su virtud, sin cuidarse de sí mismo, y entrega su vida a su ideal; los mediocres que practican la beneficencia por él predicada cumplen una obligación, tibiamente, sin perturbar su tranquilidad en holocausto a los demás.

La santidad crea o renueva. "La extensión y el desarrollo de los sentimientos sociales y morales—dijo Ribot—se han producido lentamente y por cbra de ciertos hombres que merecen ser llamados inventores en moral. Esta expresión puede sonar extrañamente a ciertos oídos de gente imbuída de la hipótesis de un conocimiento del bien y del mal innato, universal, distribuído a todos los hombres y en todos los tiempos. Si en cambio se admite una moral que se va haciendo, es necesario que ella sea la creación, el descubrimiento de un individuo o de un grupo. Todo el mundo admite inventores en geometría, en música, en las artes plásticas o mecánicas; pero también ha habido hombres que por sus disposiciones morales eran muy superiores a sus contemporáneos y han sido promotores, iniciadores. Es importante observar que la concepción teórica de un ideal moral más elevado, de una etapa a pasar, no basta; se necesita una emoción poderosa que haga obrar y, por contagio, comunique a los otros su propio élan. El avance es proporcional a lo que se siente y no a lo que se piensa".

Por esto el genio moral es incompleto mientras no actúa; la simple visión de ideales magníficos no implica la santidad, que está en el ejempło, más bien que en la doctrina, siempre que implique creación original. Los titulados santos de ciertas religiones rara vez son creadores: son simples virtuosos o alucinados, a quienes el interés del culto y la política eclesiástica han atribuído una santidad nominal. En la historia del sentimiento religioso sólo son genios los que fundan o transmutan, pero de ninguna manera los que organizan órdenes, establecen reglas, repiten un credo, prac-