Página:El hombre mediocre. Sexta edición (1926).pdf/94

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
90
José Ingenieros

de libres decir verdad". Por eso el hipócrita está predispuesto a adquirir sentimientos serviles. Es lacayo de los que le rodean, el esclavo de mil amos, de un millón de amos, de todos los cómplices de su mediocridad.

El que miente es traidor: sus víctimas le escuchan suponiendo que dice la verdad. El mentiroso conspira contra la quietud ajena, falta al respeto a todos, siembra la inseguridad y la desconfianza. Con mirar ojizaino persigue a los sinceros, creyéndolos sus enemigos naturales. Aborrece la sinceridad. Dice que ella es fuerte de escándalo y anarquía, como si pudiera culparse a la escoba de que exista la suciedad.

En el fondo sospecha que el hombre sincero es fuerte e individualista, fincando en ello su altivez inquebrantable, pues su oposición a la hipocresía es una actitud de resistencia al mal que le acosa por todas partes. Se defiende contra la domesticación y el descenso común. Y dice su verdad como puede, cuando puede, donde puede. Pero la sabe decir. Muchos santos enseñaron a morir por ella.

El disfraz sirve al débil; sólo se finge lo que se cree no tener. Hablan más de nobleza los nietos de truhanes; la virtud suele danzar en labios desvergonzados; la altivez sirve de estribillo a los envilecidos; la caballerosidad es la ganzúa de los estafadores; la temperancia figura en el catecismo de los viciosos. Suponen que de tanto oropel se adherirá alguna partícula a su sombra. Y, en efecto, ésta se va modificando en la constante labor; la máscara es benéfica en las mediocracias contemporáneas, magüer los que la usen carezcan de autoridad moral ante los hombres virtuosos. Estos no creen al hipócrita descubierto una vez; no le creen nunca, ni pueden dejar de creerle cuando sospechan que miente: quien es desleal con la verdad no tiene por qué ser leal con la mentira.

El hábito de la ficción desmorona a los caracteres hipócritas, vertiginosamente, como si cada nueva mentira los empujara hacia el precipicio; nada detiene a una avalancha en la pendiente. Su vida se polariza en esa abyecta honestidad por cálculo que es simple sublimación del vicio.

El culto de las apariencias lleva a desdeñar la realidad. El