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José Ingenieros

grabado hondamente en materia más sensible y sólo se borran con la destrucción de los órganos.

Con la facultad de crecer de los neurones en el hombre joven, y su poder de crear nuevas asociaciones, explicaría Cajal la capacidad de adaptación del hombre y su aptitud para cambiar sus sistemas ideológicos; la detención de las funciones neuronales en los ancianos, ó en los adultos de cerebro atrofiado por falta de ilustración ú otra causa, permite comprender las convicciones inmutables, la inadaptación al medio moral y las aberraciones misoneístas. Se concibe, igualmente, que la amnesia, la falta de asociación de ideas, la torpeza intelectual, la imbecilidad, la demencia, puedan producirse cuando—por causas más ó menos mórbidas—la articulación entre los neurones llega á ser floja; es decir, cuando sus expansiones se debilitan y dejan de estar en contacto, ó cuando las esferas mnemónicas se desorganizan parcialmente. Para formular esta hipótesis Cajal ha tenido en cuenta la conservación mayor de las antiguas memorias juveniles; las vías de asociación creadas hace mucho tiempo y ejercitadas durante algunos años, han adquirido indudablemente una fuerza mayor por haber sido organizadas en la época en que los neurones poseían su más alto grado de plasticidad.

Sin conocer la histología de los centros nerviosos, Lucrecio (III, 452) observó que la ciencia y la experiencia pueden crecer andando la vida, pero la vivacidad, la prontitud, la firmeza, y otras