to. Todo lo qual te eſſenta, y haze libre de todo reſpeto, y obligacion: aſsi puedes dezir de la hiſtoria, todo aquello que te pareciere, ſin temor que te caluniẽ por el mal, ni te premien por el bien que dixeres della.
Solo quiſiera dartela monda, y deſnuda, ſin el ornato de Prologo, ni de la inumerabilidad, y catalogo de los acoſtumbrados Sonetos, Epigramas, y elogios q̃ al principio de los libros ſuelen ponerſe. Porque te ſe dezir, q̃ aunque me coſtô algun trabajo componerla, ninguno tuue por mayor, que hazer eſta prefacion que vas leyendo. Muchas vezes tomê la pluma para eſcriuilla, y muchas la dexê, por no ſaber lo que eſcriuiria: y eſtando vna ſuſpenſo con el papel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete, y la mano en la mexilla, penſando lo que diria, entrò à deshora vn amigo mio, gracioſo, y bien entendido. El qual viendome tan imaginatiuo, me preguntô la cauſa: y no encubriendoſela yo, le dixe, que penſaua en el Prologo que auia de hazer à la hiſtoria de don Quixote, y que me tenia de ſuerte, que ni queria hazerle, ni menos ſacar a luz las hazañas de tan noble cauallero. Porque como quereys vos que no me tenga confuſo, el que dirà el antiguo legislador, que llaman vulgo, quando vea que al cabo de tantos años como ha q̃ duermo, en el ſilencio del oluido, ſalgo aora con todos mis años acueſtas, con vna leyenda ſeca como vn eſparto, agena de inuencion, menguada de eſtilo, pobre de concetos, y falta de toda erudicion, y dotrina: ſin acotaciones en las margenes, y ſin anotaciones en el fin del libro, como veo que eſtan otros libros, aunque ſean fabuloſos, y profanos, tan llenos de ſentencias de Ariſtoteles, de Platon, y de toda la caterua de Filoſofos, que admiran à los leyentes, y tienen à ſus autores por hombres leydos, eruditos, y eloquentes? Puesque quando citan la diuina Eſcritura, no diran ſino que ſon vnos ſantos Tomaſes, y