Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha - Tomo III (1908).pdf/461

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haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme á mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal á Rocinante le derribaron: cuanto más que vuesa merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros á otros, y el que es vencido hoy, ser vencedor mañana.

— —Así es, dijo Sansón, y el buen Sancho Panza está muy en la verdad destos casos.

—Señores, dijo don Quijote, vámonos poco á poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño: yo fuí loco, y ya soy cuerdo; fuí don Quijote de la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno: pueda con vuesas mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme á la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano. Item mando toda mi hacienda á puerta cerrada á Antonia Quijana, mi sobrina, que está presente, habiendo sacado primero de lo más bien parado della lo que fuere menester para cumplir las mandas que dejo hechas; y la primera satisfacción que se haga quiero que sea pagar el salario que debo del tiempo que mi ama me ha servido, y más veinte ducados para un vestido. Dejo por mis albaceas al señor cura y al señor bachiller Sansón Carrasco que están presentes. Item es mi voluntad que si Antonia Quijana mi sobrina quisiere casarse, se case con hombre de quien primero se haya hecho información que no sabe qué cosas sean libros de caballerías; y en caso que se averiguare que lo sabe, y con todo eso mi so—brina quisiere casarse con él y se casare, pierda todo lo que le he mandado, lo cual puedan mis albaceas distribuir en obras pías á su voluntad. Item suplico á dichos señores mis albaceas, que si la