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CAPITULO IX (1) Donde se concluye y da fin á la estupenda batalla que el gallardo vizcaino y el valiente manchego tuvieron.

Dejamos en la primera parte desta historia al valeroso vizcaíno y al famoso don Quijote con las espadas altas y desnudas en guisa de descargar dos furibundos fendientes, tales que si en lleno se acertaban, por lo menos se dividirían y fenderían de arriba abajo, y abrirían como una granada; y en aquel punto tan dudoso paró y quedó destroncada tan sabrosa historia, sin que nos diese noticia su autor dónde se podría hallar lo que della faltaba. Causóme esto mucha pesadumbre, porque el gusto de haber leído tan poco se volvía en disgusto de pensar el mal camino que se ofrecía para hallar lo mucho que á mi parecer faltaba de tan sabroso cuento. Parecióme cosa imposible y fuera de toda buena costumbre, que á tan buen caballero le hubiese faltado algún sabio que tomara á cargo el escribir sus nunca vistas hazañas, cosa que no faltó á ninguno de los caballeros andantes de los que dicen las gentes que van á sus aventuras, porque cada uno dellos tenía uno ó dos sabios como de molde, (1) Cuando Cervantes publicó la primera parte del Quijote, subdividió la obra en cuatro partes. La primera comprende hasta el capítulo VIII inclusive; la segunda empieza en el cap. IX ; la tercera en el cap. XV , y la cuarta en el cap. XXVIII . (N. del E.)