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DON QUIJOTE.

decirte lo que ya no es posible ni justo que mas te encubra: sábete que la fortaleza de Camila está ya rendída y sujeta á todo aquello que yo quisiere hacer della, y si he tardado en descubrirte esta verdad, ha sida por ver si era algun liviano antojo suyo, ó si lo hacia por probarme y ver si eran con propósito firme tratados los amores, que con tu licencia con ella he comenzado: creí ansimesmo que ella, si fuera la que debia y la que entrambos pensábamos, ya te hubiera dado cuenta de mi solicitud; pero habiendo visto que se tarda, conozco que son verdaderas las promesas que me ha dado de que cuando otra vez hagas ausencia de tu casa, me hablará en la recámara donde está el repuesto de tus alhajas (y era la verdad que allí le solia hablar Camila) y no quiero que precipitosamente corras á hacer alguna venganza, pues no está aun cometido el pecado sino con pensamiento, y podria ser que deste hasta el tiempo de ponerle por obra se mudase el de Camila, y naciese en su lugar el arrepentimiento: y así ya que en todo, ó en parte has seguido siempre mis consejos, sigue y guarda uno que ahora te daré, para que sin engaño y con medroso advertimiento te satisfagas de aquello que mas vieres que te convenga. Finge que te ausentas por dos ó tres dias, como otras veces sueles, y haz de manera que te quedes escondido en tu recámara, pues los tapices que allí hay, y otras cosas con que te puedas encubrir, te ofrecen mucha comodidad, y entonces verás por tus mismos ojos, y yo por los mios, lo que Camila quiere; y si fuere la maldad, que se puede temer antes que esperar, con silencio, sagacidad y discrecion podrás ser el verdugo de tu agravio. Absorta, suspenso y admirado quedó Anselmo con las razones de Lotario, porque le cogieron en tiempo donde menos las esperaba oir, porque ya tenia á Camila por vencedora de los fingidos asaltos de Lotario, y comenzaba á gozar la gloria del vencimiento. Callando estuvo por un buen espacio, mirando al suelo sin mover pestaña, y al cabo dijo: Tú lo has hecho, Lotario, como yo esperaba de tu amistad, en todo he seguido tu consejo, haz lo que quisieres, y guarda aquel secreto que ves que conviene en caso tan no pensado. Prometióselo Lotario, y en apartándose dél, se arrepintió totalmente de cuanto le habia dicho, viendo cuán neciamente habia andado, pues pudiera él vengarse de Camila, y no por camino tan cruel y tan deshonrado: maldecía su entendimiento, afeaba su ligera determinacion, y no sabia que medio tomarse para deshacer lo hecho, ó para dalle alguna razonable salida: al fin acordó de dar cuenta de todo á Camila, y como no faltaba lugar para