foco trecho se había alongado Don Cluijotedel lugar de Don Diego, cuando encontró con dos como clérigos ó como estudiantes, y con dos labradores, que sobre cua- tro bestias asnales venian caballeros. El uno de los estudiantes traia, como en portamanteo, en un lienzo de bocací verde envuel- to al parecer un poco de grana blanca .y dos pares de medias de cordellate, el otro no traia otra cosa que dos espadas negras de es- grima nuevas y con sus zapatillas. Los labradores traían otras co- sas que daban indicio y señal cyne venian de alguna villa grande donde las habian comprado y las llevaban á su aldea: y asi estu- diantes como labradores cayeron en la mesma admiración en que caían todos aquellos que la vez primera veian á Don Quijote, y morían por saber qué hombre fuese aquel tan fuera del uso de los otros hombres. Saludóles Don Quijote, y después de saber el ca- mino que llevaban, que era el mesmo que él hacia, les ofreció su compañía, y les pidió detuviesen el paso, porque caminaban mas sus pollinas que su caballo, y para obligarlos, en breves razones les dijo quien era. y su oficio y profesión, que era de caballero andan- te, que iba á buscar las aventuras por todas las partes del mundo. Díjoles que se llamaba de nombre propio Don. Quijote de la Man- cha, y por el apelativo el Caballero de los Leones, Todo esto pa- ra los labradores era hablarles en griego ó en gerígonza^; pero no para los estudiantes, que luego entendieron la flaqueza del celebro de Don Quijote; pero con todo eso le miraban con admiración y con respeto, y uno dellos le dijo: — Si vuesa merced, señor caballe- ro, nb lleva camino determinado, como no. le suelen llevar los que
1 Voz'hebrueo-gríttga» que aignlflca lengua de advenedixo» 6 eftrangerofl, y como loson loa gita-
nos, ae llama gerigonxa lu lengua particular; ó bu germania.