Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote del Mancha Tomo II.djvu/170

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
118
Don Quijote.

buscan las aventuras, vuesa merced se venga con nosotros, verá una de las mejores bodas y mas ricas que hasta el dia de hoy se habrán celebrado en la Mancha, ni en otras muchas leguas á la re- donda. Preguntóle Don Quijote, si eran de algun príncipe, que así las ponderaba.-No son, respondió el estudiante, sino de un la- brador y una labradora: él el mas rico de toda esta tierra, y ella la mas hermosa que han visto los hombres. El aparato con que se han de hacer, es estraordinario y nuevo, porque se han de celebrar en un prado que está junto al pueblo de la novia, á quien por es- celencia llaman Quiteria la hermosa, y el desposado se llama Ca- macho el rico, ella de edad de diez y ocho años, y él de veinte y dos: ambos para en uno, aunque algunos curiosos que tienen de memoria los linages de todo el mundo, quieren decir que el de la hermosa Quiteria se aventaja al de Camacho; pero ya no se mira en esto, que las riquezas son poderosas de soldar muchas quiebras. En efecto, el tal Camacho es liberal, y hásele antojado de enramar y cubrir todo el prado por arriba, de tal suerte que el sol se ha de ver en trabajo, si quiere entrar å visitar las yerbas verdes de que está cubierto el suelo. Tiene así mesmo maheridas danzas, así de espadas como de cascabel menudo, que hay en su pueblo quien los repique y sacuda por estremo: de zapateadores no digo nada, que es un juicio los que tiene muñidos; pero ninguna de las cosas referidas, ni otras muchas que he dejado de referir, ha de hacer mas memorables estas bodas, sino las que imagino que hará en ellas el despechado Basilio. Es este Basilio un zagal vecino del mesmo lugar de Quiteria, el cual tenia su casa pared en medio de la de los padres de Quiteria, de donde tomó ocasion el amor de renovar al mundo los ya olvidados amores de Píramo y Tisbe, porque Ba- silio se enamoró de Quiteria desde sus tiernos y primeros años, y ella fué correspondiendo á sus deseos con mil honestos favores, tanto que se contaban por entretenimiento en el pueblo los amores de los dos niños Basilio y Quiteria. Fué creciendo la edad, y acor- do el padre de Quiteria de estorbar á Basilio la ordinaria entrada que en su casa tenia, y por quitarse de andar rezeloso y lleno de

1 Esta danza (dice Mateo Aleman en au Guzman de Alfarache, tomo I, lib. 2, cap. 7) se usa en el reino de Toledo, y dánzanla en camisa y en gregülescos de lienzo, con unos tocadores en la cabeza, y traen espadas blancas, y hacen con ellas grandes vueltas y revueltas, y una mudanza que Jaman la degollada, porque cercan el cuello del que los gula con las espadas, y cuando parece que se la van á cortar por todas partes, se les escurre de entre ellas.

2 Los danzantes (segun se dice en el Tesoro de Covarrubias) en las fiestas y regocijos se ponen sartales de cascabeles en los jarretes de las piernas, y les mueven al son del instrumento.