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Página:El jardín de los cerezos.djvu/43

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EL JARDÍN DE LOS CEREZOS
Pitschik .

Mi hija Daschinka la saluda, señora.

Lopakhin.

Yo quisiera referirle algo alegre. (Mira su reloj.) ¡Cáspita, debo partir en seguida! No tengo tiempo que perder... No obstante, lo que he de decirle se lo diré en dos o tres palabras. Supongo que estará informada de que vuestro jardín de los cerezos será puesto en venta para responder de las deudas. La subasta está anunciada para el 22 de agosto, pero usted, querida amiga, permanezca tranquila; no se inquiete, duerma sin recelos; no faltará solución a este conflicto. Tengo un proyecto. ¿Quiere usted prestarme atención? La finca está situada a veinte kilómetros de la ciudad, y por sus linderos pasa la vía férrea. Dividiendo en parcelas el jardín de los cerezos y la parte de su propiedad más próxima al río, podrían arrendarse a quienes quisieran construir datchas [1]. Sin dificultad le rentaría a usted esto veinticinco mil rublos anuales. Es una especulación segura. Yo le garantizo que todas las parcelas serán inmediatamente arrendadas a buen precio.

Gaief.

Excúseme si le advierto que lo que acaba usted de decir es una solemne tontería.

  1. Casas veraniegas de madera, que se construyen de ordinario en las cercanías de las ciudades.