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Página:El libro de los cuentos.djvu/218

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218 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

Entonces la mujer pone el niño ó niña en manos de su marido y dice:

— Supuesto que era mió, yo te lo doy, y es tuyo en virtud de esta donación sin que puedas negarlo.

Y es claro que no puede negarlo.

Hé aquí resuelto uno de los problemas mas difíciles y que ha llevado al retortero á toda la raza humana por espacio de seis mil años.

Pero lo mas asombroso es la sencillez con que este problema se resuelve y lo satisfechos que van á quedar todos con este medio de resolverlo.


Contra el mal de suegro.

Glorioso San Sebastian,
Santo cabal y perfecto,
Mi alma como la tuya.
Como tu cuerpo mi suegro.

¿Todas las flechas á vos?
¡Qué poca razón tuvieron!
Suegros había en el mundo
Y habia casamenteros.
Yo que todos los dolores
Paso con un suegro eterno,
Que de él me queráis librar,
Como á santo, os pido y ruego.

Como dolor de costado,
Suegro de costado tengo,
Y con un suegro continuo
Seis años há que adolezco.
Me sabe á suegro y vinagre
Cuanto como y cuanto bebo;
Suegro hay por ante el comer,
Y al cenar, por postre, suegro.

Al que le duele la muela
El sacársela es remedio,
¡Y á mí que el suegro me duele.
No me dan este consuelo!
Si quisieran conmutarme
Este mal á otro tormento.