Página:El libro de los cuentos.djvu/41

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
EL LIBRO DE LOS CUENTOS. — 41

llegasen las cosas al estremo de dar semejante escándalo?

— Señor, dijo el jóven resueltamente, yo había pensado y quería casarme con la boticaria; pero no puedo consentir de ninguna manera que se me obligue á casar con la botica.


Los dos gabanes.

Un caballero bastante tonto fué á casa de Utrilla y se mandó tomar medida para que le hiciera un gaban de castór negro.

Ya había salido de casa del sastre y estaba cerca de la Puerta del Sol, cuando, dándose una palmada en la frente, volvió pies atrás, llegó á la tienda de Utrílla, y encarándose con el oficial encargado del corte, le dijo:

— Disimule V., pero solo me he tomado medida para un gabán negro, y quisiera que la tomase V. ahora para otro de color de chocolate.


La virtud de la turquesa.

En aquella época en que se creia en la virtud oculta de las piedras preciosas, preguntó una señora á un filósofo.

— ¿Y la turquesa tiene alguna virtud?

— ¡Oh! señora, muy grande.

— ¿Y cuál es?

— Que si V. se cae con ella de una torre abajo se hará V. mil pedazos, mientras la piedra quedará entera y sana, lo que no es poca virtud.


La habilidad de hallar dinero.

Apremiaban los alguaciles á un pobre escritor para que pagase 20 duros á que había sido condenado en un juicio verbal, y se escusaba él con que no tenia un cuarto.

— Nosotros, nosotros, decían los alguaciles irritados, se los haremos hallar, que quiera que no quiera.