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el caso que, como la pobre Polonia uo tiene otra lengua para esplicarse, y r.o quiere arrancársela por lo doloroso del sacrificio, sigue hablando como de costumbre; en su consecuencia, el gobernador ruso < n Polonia ha sido llamado á San Petersburgo para informar de viva voz sobre la agitación que reina en el territorio de su mando á causa de la referida orden. También ha decretado el gobierno ruso que los buques cstranjeros de guerra no puedan permanecer mas de quince días en ninguno de los puertos del imperio. Se conoce que es poco amigo de visitas largas, lo cual no impide que él las haga cortas: cabalmente, ahora ha salido una escuadra suya en amor y compaña con otra americana á dar un paseo por el Mediterráneo, con intención , se presume, de pagar algunas visitas.

El telégrafo, que habla por los codos, dijo no ha muchos días que se confirmaban las noticias de un conato de insurrección en la Bulgaria y en la Roumania, y la Patrie anunció haberse aumentado en número y fuerzas las bandas de insurrectos de la Servia, pero otros despachos y otros periódicos han desmentido ó puesto en duda posteriormente semejantes habladurías.

Otra vez loca á su término... en los telegramas, la insurrección de Candía: Candía, poniéndose en jarras , y cerrando los puños, responde á los mentirosos alambres:

Los muertos que vos matáis
gozan muy buena salud.

Francia se mete de rondón en Turquía; hace bien, asi vive y asi gana; ahora va á abrirse en Constantinopía un liceo imperial con profesores de la Universidad francesa.

Las elecciones para la presidencia de Méjico, han producido el siguiente resultado: Juárez obtuvo 7,422 votos, Porfirio Diaz 2,709, Ortega 57. La república sigue siendo teatro, como casi todas las hispano-americanas, de escenas desastrosas é interminables que las desangran y las empobrecen. Con todo, se dice que está próximo á firmarse un tratado de alianza entre Méjico, Perú, Chile y Bolivia. Esta idea ya es antigua, y como para realizarla siempre se ha tropezado con obstáculos insuperables, es difícil pronosticar su éxito.

A consecuencia de haberse suprimido la ley de consumos en el vecino reino lusitano, se ha dado en el palacio de cristal de Oporto un baile de máscaras.

El hombre se ha empeñado en volar como los individuos pertenecientes á la gran familia ornitológica, y al fin lo conseguirá. Ya lo ha hecho en infinitas ocasiones, pero ha sido impulsado por la fuerza de un terremoto, por el casco de una granada, etc., etc. Esta clase de vuelos le ofrecían pocos atractivos, y hace tiempo que pide á la ciencia alas para poder cruzar los aires, sin riesgo de romperse la crisma. En prueba de ello, la sociedad aeronáutica inglesa se ha propuesto celebrar una esposicion de máquinas y aparatos inventados con tal objeto. Los premios de mas valor se concederán al que presente el motor mas ligero y que mas facilite la resolución del problema de la navegación aerostática, y al aeronáuta que, atravesando el Atlántico, descienda en Inglaterra.

Dicha sociedad clasifica los objetos que han de figurar en la esposicion, de esta manera: 1 ° Aparatos de alumbrado y máquinas. 2." Aparatos completos de navegación aérea. 3.° Modelos. 4.* Modelos de actividad. 5." Planos y dibujos. 6.° Objetos sueltos que se refieran á la aeronáutica. 7.° Cometas ó aparatos destinados al caso de naufragios, para la extracción ú otros fines útiles. 8." Dibujos y cuadros representando vistas de nubes y paisajes observados en las ascensiones aerostáticas.

Mucho hay que aprender y que admirar en Prusia, y por lo mismo es lastima que la peste del juego, no sólo inficione las costumbres públicas, sino que se vea protegida y fomentada por el gobierno. Un comisionado suyo ha partido recientemente á Wiesbaden para negociar con las sociedades de juego de esta ciudad, de Hamburgo y de Ems, sobre la continuación do sus empresas por cinco años mas, bajo ciertas condiciones. Si los empresarios—dicen los periódicos estranjeros donde hemos leído esta noticia — se niegan á aceptarlas, los salones de juego se cerrarán á la primavera. ¿Si tendremos que dar el pésame á los que tiran de la oreja á Jorge?

Un oficial belga ha inventado un fusil de tan pequeñas dimensiones y propiedades, que en verdad es un dije, una monadita encantadora. Cada soldado puede llevar seis, metidos en una especie de carcax, y con ellos despachar para el otro mundo á seis hombres, en menos tiempo que se persigna un cura loco. El invento es, en suma, la muerte propinada en dosis mínimas, la bala homeopática sustituyendo á la alopática ó de grueso calibre.

El señor don Luis de Mendoza, que se halló de guardia marina en la gloriosa batalla de Trafalgar, donde á despecho de la desgracia, tantos laureles ganaron nuestros marinos, pide en un escrito que se eleve un monumento que recuerde aquella jornada de gigantes. Nada mas justo; es una deuda contraida con los héroes que allí lucharon, y la patria debe satisfacerla.

También es de elogiar el autor del proyecto encaminado á erigir un monumento á la memoria de los artistas célebres murcianos, ejemplo que quisiéramos ver imitado en todas las provincias respecto de los hijos que mas hayan contribuido á enaltecerlas.

En Valladolid, Barcelona, Santander, Salamanca, Gerona, Granada, Málaga y otras provincias se arbitran medios para atender á las necesidades que afligen á las clases menesterosas, y en Madrid no se descuidan tan sagradas atenciones; entre otras personas que han acudido al llamamiento de la caridad, debemos citar al acreditado dentista don Juan Nogués, quien ha tenido el humanitario pensamiento de dar una limosna de 4 reales á mil pobres, con otras que la Correspondencia ha espresado detalladamente en su plana do anuncios.

La obra del jóven escritor don Abdon de Paz, titulada La Biblia de las Mujeres, cuya publicación ha terminado, merece distinguirse de las que la codicia arroja todos los días á la voracidad de los curiosos, por su escelente fondo moral y los delicados y filosóficos pensamientos que la esmaltan, unidos á una forma fácil y simpática, sobre todo á la hermosa mitad del género humano, víctima unas veces del mal humor de los desgraciados en amores, otras del sarcasmo de los hombres y los niños de mundo, y otras hasta de la austeridad de ciertos anacoretas de frac y guante blanco, "que hablan de la corrupción del sigio y tienen en el alma cada gusano del tamaño de una culebra de cascabel. Don Abdon de Paz es un abogado entusiasta del sexo bello, el cual ó ha de mostrarse ingrato á quien con tan buenas armas pelea en su favor, ó ha de corresponder, leyendo la defensa, que de seguro le dejará complacido.

Por la revista y la parte no firmada de este número,

Ventura Ruiz Aguilera.

ANTIGÜEDADES.

EL BUEN SUCESO.

La mayoría de los hombres, indiferentes á cuanto ven y les rodea, pasan la vida como en un sueño, sin remontarse al origen de cosas, que á su parecer sólo les importan por la utilidad que les prestan, ó el fin que tienen. Algunos de ellos, creyéndose sabios, pero por evitarse el meditar y aun por atribuir un valor desmedido á ciertos objetos, sobre lodo si se rozan aunque sea indirectamente con sus intereses, les suponen una antigüedad que se pierde allá en la noche de los tiempos ó en el vacío de los siglos que por falta de cultura nos han legado noticia de sus conocimientos; pero el historiador imparcial, el erudito, comprendiendo la necesidad que tenemos todos de poder dar razón de lo que es y representa todo lo que nos rodea, no puede menos, despojándose de las pasiones, de buscarla verdad y presentarla tal como es para la ilustración general.

Impórtale poco que lo que so ha supuesto muy antiguo aparezca después muy moderno; ningún caso hace de los indiferentes y estraños á todo cuanto pueda aumentar un átomo mas su saber; contento con haber hallado un hecho, le sigue paso á paso basta dar con su cuna, fundación ó principio. Tal es la idea que nos ha guiado en este trabajo, curioso para los madrileños, no sin importancia para cuantos visitan la coronada villa ú oyen hablar de ella, y de alguna utilidad para todos los aficionados al estudio de las antigüedades.

Pocas personas habrá en España, y aun fuera de ella, de las que por su cultura é ilustración ocupan un lugar algo elevado, que no hayan oído hablar de la antigua é histórica Puerta del Sol; no es por cierto de ella de la que vamos á ocuparnos ahora, pues sólo pensamos hacerlo de uno de sus edificios que para todos ha pasado desapercibido, y que es , sin embargo, desde hace algunos siglos, uno de los florones de la corona de nuestros monarcas. Nos referimos al Real Hospital é Iglesia del Buen Suceso, derribado en 1854 con todos los edificios de la Puerta del Sol, para dar ensanche y hermosear aquel sitio. El templo se ha construido en la Montaña del Príncipe Pío, donde es por cierto bien necesario por la falta de iglesias en aquellos nuevos y pobladísimos barrios, y también se ha edificado allí el hospital que ha continuado cumpliendo los objetos de su fundación, situado en diferentes localidades: la cura pública, que no ha suspendido un sólo día su importantísimo servicio, ha continuado hasta hoy en la calle del Grafal, cumpliendo la misión que le fue impuesta en su glorioso origen, pues pertenece á uno de los reinados y sucesos que mas fecundos resultados tuvieron para nuestra patria, y que mas influencia han ejercido en Europa y en el mundo entero.

Los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel, esas dos figuras gigantescas en la historia de España, que reunieron las coronas de Aragón y de Castilla, conquistaron á Granada y Navarra, vencieron en Ñapóles, dominaron á Francia, hicieron entrar ;¡ Inglaterra en su política y descubrieron el Nuevo-Mundo, entre otras muchas á cual mas útiles y fecundas fundiciones, llevaron á cabo la del Hospital Real de la Corte, conocido hasta nuestros dias con el título del Buen Suceso. Nada mas modesto; y sin embargo, nada mas necesario é importante en su principio.

No teniendo entonces la corte residencia fija, las tropas que la acompañaban en una época de continuas guerras con los moros y aun de discordias civiles, la servidumbre que indispensablemente la seguía, compuesta en su mayor parte de criados de corto sueldo, y aun los pretendientes que no podían abandonarla sin perder la esperanza en sus gestiones, eran víctimas de duplicados padecimientos en sus enfermedades, habiendo de quedar con mucha frecuencia en lugares de escaso vecindario, entregados á manos mercenarias v careciendo de todo género de recursos para su curación. Los numerosos enfermos y herido» que ocasionaban las guerras, sufrían mas que nadie los terribles efectos de esta falta, que no tardaron en notar y remediar los Reyes Católicos.

En 1489, cuando ya estaba decidida en su animóla conquista de Granada, y con motivo de la epidemia que se desarrolló durante el sitio de Raza, en la cual la reina Católica fue la primera en asistir á los enfermos, fundaron un hospital á que dieron el mencionado título de Real de la Córte, porque su objeto era acompañarla en todos sus viajes y espadiciones, ya pacíficas, ya militares, y en particular en las guerras que proyecta han. Dotáronle de toda clase de empleados, así facultativos como auxiliares, y le pusieron bajo la administración de un eclesiástico, manteniéndose en un principio á espensas de la piedad y caridad de (os señores reyes fundadores y de los caballeros y criados de la córte. Inútil es recordar los servicios que preski en aquellas circunstancias, cuando España entera se presentó bajo los muros de Granada, donde se combatía diariamente, donde había numerosos heridos y enfermos, y acaso en él estuvo algún dia el inmortal Cristób Colon.

La fama que obtuvo este establecimiento en los nueve años que duró aquella sangrienta y encarnizaba guerra, y los importantes personajes que en él se curaron, influyeron sin duda en su buena suerte en lo sucesivo, pues tomada Granada en 0 de enero de 1493, continuó siguiendo á la córte, quedando bajo la inmediata inspección del capellán mayor de la Real Capilla, según consta de una donación de doña Isabel la Católica para rentas de los empleados, e n la cual dice: «que en todos los que fueren, suceda la protección de aquella real fábrica,»—y en una bula del pontífice Benedicto XIV, de 27 de junio de 1753. — Doña Juana le incorporó después al patronato real, á que pertenece, por haber sido fundado con bienes de la Corona, y lo mismo hizo Felipe II, siendo por lo general el administrador un capellán de honor de S. M.

Arrojados de España los moros, y colocada en las torres de Granada la enseña de la Cruz, habiendo desaparecido de ellas para siempre la inedia luna, los Reyes Católicos se trasladaron á Toledo y luego á Valladolid , y fue constantemente entre su comitiva el hospilal que tan buenos recuerdos tenia para cuantos le rodeaban, y que con frecuencia tanta utilidad les presidia. Cárlos I le fijó en Madrid, mandando construirle á sus espensas en 1529 en la ermita de San Andrés, que estaba fuera de la población, en un sitio donde ya en 1438 había tenido la villa un hospital para los contagiados, siendo aprobada esta fundación por el pontífice Clemente Vil, en bula de enero de 1529. Cuando Felipe II estableció la córte en Madrid (1560) pensó desde luego en la ampliación de este edificio, y después de diferentes vicisitudes, determinó labrarle con mas ostensión en el sitio elegido por su augusto padre, no en las afueras de la villa como han supuesto algunos escritores, pues ésta llegaba entonces hasta el Espíritu Santo ó nuevo Congreso de Diputados, sino en la Puerta ya derribada del Sol, tomando para ello á sus inmediaciones los terrenos necesarios. Pero la traslación de la córte á Valladolid, en 1601, interrumpió la obra que debía estar ya muy adelantada.

El real hospital de la córte permaneció en Valladolid hasta 1606 en que Felipe III, habiendo considerado maduramente las razones que tuvo su antecesor para establecer la córte en Madrid, centro de España y una de las ciudades de mas sano y variado clima que existen en toda la Península, decidió volverla á la heroica villa de donde tan inconsideradamente la habia quitado. Prosiguióse entonces la edificación del real hospital de la córte, suspendida por espacio de cinco años, y que todavía duró otros cinco, pues no estuvo terminada hasta 1611. El templo, como todos sabemos, ocupaba la parte principal ó la Puerta del Sol, precedido de una lonja ó atrio con verjas de hierro que derribaron los franceses, y las enfermerías y habitaciones para el administrador y empleados, las de la Carrera de San Gerónimo y calle de Alcalá. En este hospital sólo se admiten los criados de la real servidumbre é infantes que tienen plaza y dotación hja, dos correos de gabinete y dos plateros. También se reciben los heridos, pero conduciéndolos inmediatamente al hospital general, si lo permite su estarlo, y hay además cura pública, como en otro lugar liemos manifestado. Tal es la situación en que le liemos vis-