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Cabecera de El Museo Universal

NUM. 3.º

Precio de la suscricion.—Madrid: por números sueltos a 2 rs.; tres meses 22 rs.; seis meses 42 rs.; un año 80 rs.

MADRID 17 DE ENERO DE 1869.

Provincias.—Tres meses 28 rs.; seis meses 50 rs.; un año 96 rs.— Cuba, Puerto Rico y Extranjero, un año 7 pesos.—América y Asia, 10 a 15 pesos.

AÑO XIII


REVISTA DE LA SEMANA.

C

uéntase de un famoso charlatán,

que vendió a un pobre hombre el secreto de una invocación de espíritus para en caso de necesidad; pero advirtiéndole, «que no la usase sino en necesidades extremas, porque la virtud de las fórmulas se gasta como otra cosa cualquiera.» Protestamos que aquí no queremos aludir al inventor de la fórmula de congresos ó conferencias internacionales para el arreglo de cuestiones políticas; pero hay razón para te mer de su virtud futura, si se emplea a cada paso como en la cuestión presente. Ya circula por el mundo político un chiste o epigrama debido al ingenio de Mr. Thiers, (né malin, como el de todos los franceses, segun la expresión de Boileau) que basta para acabar con la fé en las conferencias. La verdad es, que en su primera reunión se, ha dado al mundo un espectáculo asaz ridículo. Grecia y Turquía están á punto de venir á las manos por demasías y resentimientos recíprocos. Propónese un jurado para examinar y decidir pacífica mente las diferencias, y los jueces; que han de oír las razones y apreciar los derechos de ambas partes, admiten á la Puerta dentro de la sala dé justicia y dejan la puerta á Grecia su enemiga. Pone el grito en el cielo el representante de Atenas, y se le contesta, admírense nuestros lectores, en estos ó parecidos términos:—Señor procurador de la parte apelante, los jueces de este tribunal, son los signatarios del tratado de París: la Grecia no tuvo que ver ni entender ni firmar el sobredicho convenio; por consiguiente, usted no tiene entrada en la presente función.

Esta respuesta que ha dejado al mundo atónito, proviene de la Francia, de la cabeza del gran oráculo á quien Se ha tenido por un padre maestro en lo que se llama moderna diplomacia. Tenemos, pues, en definitiva, que porque Grecia no firmó un tratado de paz sobre tina contienda en que no tuvo parte, no puede tener voz ni voto ni intervención en una disputa en que es parte principal. Medrados estamos.

No en balde dice Mr. Thiers que no cree en la reunion de la conferencia hasta que se haya disuelto. Podrá Ser un chiste; pero tiene mas de desconsolador que de festivo, porque si empiezan á desacreditarse estos congresos arbitradores, ¿qué esperanza nos queda para el porvenir?

Por ejemplo; ¿qué esperanza nos queda para el caso, cada dia mas probable, de que salgan á la palestra los Estados Unidos é Inglaterra que ni pueden ni quieren entenderse en la cuestión del Alabama La prensa norte-americana vuelve hoy ala brecha con mas insistencia y tenacidad que nunca mostró en esta controversia. La opinión general, se declara condenatoria de la marcha que el ministro de la Union sigue en Inglaterra en donde cree que está sacrificando los intereses de su patria. Le ataca el partido radical republicano y le combate hasta el moderado. Pero no es esto lo grave, sino que esforzándose Mr. Reverdy Johnson en todos sus discursos en hacer ver la amistad cordial y mutuas simpatías que existen entre los ingleses y los yankees, responde la América que odia a la Inglaterra, y que no se asusta, antes desea que esta conozca y sepa la aversión que le profesa. Por fortuna, el nuevo presidente elegido, nombrará otro ministro mas hostil á los ingleses, y, una de dos, ó se acaba de una vez con ese germen de continuas dificultades, ó habrá que reunir otra junta consultiva inter-continental, por miedo de que se despedacen dos gigantes por una niñería.

¿Cómo está su bolsa de usted? entre paréntesis. Por que no hay que hacerse ilusiones como las que se hace el gran hacendista Mr. Magne. En Europa, ó mejor dicho, en todas las naciones del globo, hay dos sistemas de tratar de hacienda: uno que consiste en confesar de plano la necesidad y la penuria, y otro el de ocultarla echando arenilla á los ojos, y echando cuentas galanas para el porvenir. Nosotros los españoles hemos preferido la honrada y honrosa franqueza. Estamos mal, necesitamos de empréstitos para caminar con desahogo; y asi el municipio de Madrid como el gobierno, contratan sus empréstitos en los mejores términos posibles. Lo que no comprendemos es, que todos los ministros de Hacienda en Francia, salgan anunciando siempre sobrantes, y siempre se retiren dejando un nuevo déficit. Nuestros vecinos, por mas que digan, han vivido y viven en el segundo imperio en el mayor apuro, y no tienen mas salvación que empréstitos sobre empréstitos. ¿No valdría mas hablar con franqueza?

Tenemos por fin sólidas bases en qué fundar esperanzas halagüeñas respecto á nuestras Antillas. La llegada del general Dulce, es el término del espantoso caos, y el principio de una nueva y luminosa época para los cubanos. Hemos salido de uno de los trances as peligrosos, que esperamos será el último, porque la atmósfera de libertad era el remedio heróico, el remedio único que dará vida á nuestras colonias, y estrechará sus lazos con la madre patria, que tiene allí hijos agradecidos.

Dígalo si no el reciente rasgo espléndido de un español, que trata de competir con el famoso Peabody Norte-americano. Don Andrés Hurtado de Mendoza, residente en América, destina por ahora, y sin perjuicio de aumentar la cifra, la respetable suma de 1.000,000 de reales para auxiliar á los padres de familia en el gasto que les ocasione la educación de sus hijos en un colegio de internos, próximo á Madrid, con vía férrea, donde aquel caballero hizo sus primeros estudios. Esta ayuda se estiende á los padres, cualquiera que sea la provincia de España en que residan, sin mas condición que la de que tengan los niños ocho años cumplidos y no pasen de once: requisito que pide como indispensable para obtener dicha gracia.

Y puesto que hablamos de instrucción, momento es este de elogiar el decreto del Ministro de Fomento, fechado en 14 del corriente, y consecuencia lógica del expedido en 21 de octubre sobre libertad de enseñanza. Mediante él, pueden las provincias y los municipios crear y establecer universidades y toda clase de institutos de enseñanza, á su costa, y nombrar profesores y explicar las asignaturas que tengan por conveniente, con las leves limitaciones é indispensables requisitos que en los artículos se fijan, que no son de naturaleza,