Página:El rey de las montañas (1919).pdf/243

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
239
 

del Rey. Nuestros amigos se atrincheran en el cuarto, cortan los árboles, hacen una barricada delante de la escalera y organizan la defensa antes de que Colzida volviese de su paseo y su sorpresa.

Entonces nos contamos. Nuestro ejército se componia del Rey, de sus dos criados, de Tamburis con ocho bandidos, de Dimitri y de mi; en total, catorce hombres, de los cuales, tres fuera de combate. El ca—fedgi se habia envenenado con su amo y principiaba a sentir los primeros ataques del mal. Pero teníamos dos fusiles por persona y cartuchos a discreción, mientras nuestros enemigos no tenían más armas y municiones que las que llevaban encima; en cambio, tenían la ventaja del número y del terreno. No sabiamos exactamente con cuántos hombres sanos contaban, pero habia que calcular entre veinticinco y treinta asaltantes. No tengo necesidad de describirle la plaza sitiada: la conoce usted desde hace tiempo. Pero puede usted creer que el aspecto de aquellos lugares habia cambiado bastante desde el dia en que almorcé allí por vez primera, vigilado por el coi fiota, entre la señora Simons y Mary—Ann.

Nuestros hermosos árboles habían sido descuajados y el ruiseñor estaba lejos. Lo que le importa a ustedsaber es que estábamos defendidos a derecha y a izquierda por rocas inaccesibles, hasta para el enemigo. Este nos atacaba desde arriba por el gabinete del Rey y nos vigilaba abajo en el barranco. Por un lado su fuego nos dominaba; por el otro, nosotrosdominábamos a sus centinelas, pero a tan gran distancia, que era gastar la pólvora en vano