Página:El rey de las montañas (1919).pdf/271

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
267
 

bles cantaron a mis oídos. Era la despedida del apuesto capitán y de su hermoso país.

He recorrido las montañas de Malta, de Sicilia y de Italia, y mi herbario se ha enriquecido más que yo. Mi padre, que tuvo la buena idea de conservar su fonda, me hizo saber en Mesina que mis envios eran muy apreciados en mi país. Acaso cuando lle gue encuentre una colocación; pero yo he adoptado el principio de no contar con nada.

Harris está en camino para el Japón. Dentro de un año o dos espero tener noticias suyas. El peque.

ño Lobster me escribió a Roma; sigue ejercitándose en la pistola. Giacomo continúa sellando cartas por el día y cascando nueces por la noche. El señor Mérinay ha encontrado una nueva interpretación para su piedra mucho más ingeniosa que la mia. Su gran trabajo sobre Demóstenes debe imprimirse un dia u otro. El Rey de las montañas ha hecho las paces con la autoridad y está construyendo una gran casa en el camino del Pentélico con un cuerpo de guardia capaz para veinticinco palikaros decididos. Mientras tanto, ha alquilado un hotelito en la ciudad moderna, a orillas del gran arroyo. Recibe a mucha gente y se mueve activamente para llegar al Ministerio de Justicia; pero necesita aún tiempo. Fotini es la que lleva la casa. Dimitri va algunas veces a cenar y a suspirar en la cocina.

No he vuelto a oir hablar de la señora Simons, del señor Sharper ni de Mary—Ann. Si este silencio continúa, pronto no pensaré más en ellos. Algunas veces, todavía, en medio de la noche, sueño que estoy