la mayor conocida en el universo; pues en ciertos cometas cuyo núcleo ha pasado a menos de trescientos mil kilómetros del sol, con una velocidad de quinientos cincuenta kilómetros por segundo aproximadamente, la distancia de la cola a doscientos millones de kilómetros, revela que las partículas cometarias más distantes llevan una velocidad superior a trescientos cincuenta mil kilómetros por segundo. Quizá esto comporte más adelante la corrección de alguna deficiencia parcial de la teoría, que seguramente ha de rectificarse más o menos pronto, sobre el concepto cada vez más riguroso también, de la superficie de curvatura constantemente variable.
Verificada en el eclipse solar del 29 de mayo de 1919 la ley de Einstein en cuya virtud la luz sería pesada, o mejor dicho, sensible a la gravedad, [1] quedó establecido que el rayo de luz en el espacio no es recto, sino curvo, con lo cual no hay rectas en el espacio de Einstein: superficie de curvatura constantemente variable, según dijimos; de suerte que si recorremos una de ellas en la misma dirección, volveremos al punto de partida.
Ahora bien, en la geometría de Riemann, la recta posee todas las propiedades de los círculos máximos de una esfera euclidiana; pero al mismo tiem-
- ↑ Por los astrónomos A. S. Eddington y A. C. D. Crommelin, situados respectivamente, en la isla del Príncipe (Golfo de Guinea) y en Sobral (Brasil). La desviación del rayo estelar, rasante por el sol, debía ser de 1"75 según el cálculo. La doble observación citada comprobó 1"8, con un error supuesto de tres décimos por término medio.