| ducir la verdad. Pero hacer consistir todo su 'mérito en el solo hecho de que ha tratado asuntos contemporáneos, es dar una extraña idea del arte a los jóvenes artistas que se quiere educar para la. dịcha del género humano.
! Quereis hacer útil la pintura y emplearla en el perfeccionamiento 'dë la especie. Admito que Courbet perfeccione, pero entonces pregunto en qué relación y con qué eficacia perfecciona. Francamente, amontonaría cuadro sobre cuadro, llenaríais el mundo con sus telas y ias telas de sus discípulos, y la - humanidad sería tan viciosa dentro de diez años 'como hoy. Mil años de pintura, de pintura hiecha a vuestro gusto, no valdrían uno de esos 'pensamientos que la pluma escribe claramente y que la inteligencia para siempre retiene, tales como: Conócete a ti mismo; Amaos unos 'a otros, etc. ¡Cómo! ¡Posećis la escritura, poseéis la palabra, podeis decir cuanto quereis y vais a dirigiros al arte de las líneas y de los colores para enseñar e instruir! Por compasión, recordad que no todo 'razón. Si sois prácticos, dejad al filósofo el derecho de darnos lecciones, dejad al pintor el derecho de darnos emociones. No creo que debais exigir del artista que enseñe, y en todo caso, niego formalmente la acción de somos