Página:En el Mar Austral - Fray Mocho - Jose Seferino Alvarez.pdf/210

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

XXVII.

Cabrilleos

La aurora nos sorprendió yá en pié y dispuestos con palas y barretas—que Smith y La Avutarda extrajeron de la sentina, juntamente con unos largos tablones que dejamos sobre cubierta—para emprender nuestra excursión de cateo en la otra banda de la playa, cerca de un recodo en que desembocaba el arroyo, filtrándose por entre una barrera de troncos inmensos que habla ido arrastrando y que obstruían su curso.

— Yo le veo laya á esta ladera.—exclamó Smith:— no sé qué diablos le encuentro de lindo.

Y tomando las palas comenzamos á sacar el guijarrál que cubria una pequeña depresión, mientras Calamar fué con dós baldes á buscar agua para los ensayos de la sirca, si teníamos la suerte de encontrarla.

Fué necesario apretar los puños, peto al fin Matias, que yá desaparecía entre un pozo que había excavado en el extremo de la cancha que íbamos formando y de la que,