166 HISTORIA
el aparato que ostentaba aún en su servicio íntimamente personal.
No era ya el soldado aventurero de otros tiempos, cuando vino á Ahauializapan en esta ocasion, ni vivia como tal, sujeto á las privaciones de los campamentos: antes bien ostentaba toda la pompa de un magnate. Su carácter era el mismo, puesto que el aparato de que hacia gala, mas que por una mezquina conveniencia, entraba en sus miras políticas para robustecer mas el influjo de su autoridad en los españoles que le segiían, y para no desmerecer en el aprecio de los antiguos subditos de Moteuczuma, acostumbrados á las magnificencias que el infeliz destronado lucia en su corte, en los dias mas prósperos de su reinado.
No haremos nosotros al talento de Cortés el agravio infundado de suponerle capaz de que se entregara á esas debilidades propias solo de un espíritu comun, que se ocupa mas en satisfacer una pueril necesidad, que