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plebe la credulidad. Él el que saca resultados virtuosos de la vanidad, la cual no lleva mas interes ni exige otra recompensa que la alabanza; y el que funda sobre las necesidades y flaquezas del espíritu la alegría, la paz, el contento y gloria del género humano.
Habiéndonos formado el cielo á todos en términos de depender unos de otros, es claro que seamos lo que se quiera, amos, criados ó amigos, él es quien manda á cada tino que llame al otro en su auxilio, de modo que de la debilidad de cada hombre resulta la fuerza de todos. Las necesidades, fragilidades y pasiones estrechan cada vez mas esta union é interes común, ó hacen mas agradables cada dia sus lazos. A ellas debemos la verdadera amistad, el amor sincero, y aquella alegría ó paz interior que gozamos en esta vida; y de ellas mismas aprendemos también en la declinacion de la edad á renunciar á estos placeres, alegrías, amores é intereses, pues por una parte la razon, y por otra nuestra misma decadencia, nos enseñan á esperar la muerte, y salir de este mundo tranquilamente.
Sea la que quiera la pasion de un hombre, su ciencia, gloria ó riquezas, ninguno quiere trocarse por su vecino. El