mi juicio, de volver por los prestigios de nuestra poesía y de que cada cual en la medida de sus fuerzas contribuya á encauzar el juicio público, hoy en grave peligro de extraviarse sugestionado por los impremeditados aplausos dirigidos á ciertos anarquistas literarios por aquellos mismos que alientan la indisciplina social en pérfidos ataques á la Santa Religión á cuyo tónico espíritu debieron los españoles su grandeza en otras centurias más felices.
Algún poeta sudamericano y varios versificadores españoles, no desprovistos de talento ni de cultura, han publicado recientemente volúmenes de poesías inspirados en las enseñanzas negativas del Modernismo, y la aparición de estos libros ha suscitado apasionada controversia en los círculos literarios y artísticos.
Si los que ensalzan esas flamantes producciones se hubieran limitado á estudiar en ellas la obra del poeta sin insinuar la propensión