más copioso manantial de enseñanzas imagino que surge de la rota de Rocroy que del triunfo de Pavía.
Muéveme, por otra parte, á meditar sobre el para nosotros calamitoso siglo XVII, la simpatía que me inspira el maltratado nieto de Felipe II y el sentimiento de protesta que en mi espíritu despiertan la ligereza y la injusticia con que es por lo común tratado el Conde de Olivares, hijo del Embajador de Su Católica Majestad en la Corte Pontificia y que, nacido en Roma y Paje en los comienzos de su vida del rey Don Felipe IV, había de llegar, andando el tiempo, á regir los destinos del poderoso Imperio español.
D. Gaspar de Guzmán, segundogénito hijo del Conde de Olivares y poseedor de tan ilustre título á la muerte de su padre, á quien precedió al sepulcro el primogénito D. Jerónimo, fué en los días de la privanza agraciado por su amo con los Estados de Sanlúcar la Mayor, cuyo dominio ostentó unido á la dignidad