pensamiento de todos los argentinos él estaba destinado á iluminar.
Pero, como no acontece en los pueblos recuperar la libertad con la misma facilidad con que se ha perdido, sucedió en la República que muchas de las provincias siguieron gobernadas por los oscuros tiranuelos que las habían oprimido durante la época de la tiranía. San Juan se halló en ese caso. El déspota Benavidez reinó por algunos años más, haciendo imperar su voluntad ignorante y absoluta. Entre los actos de despotismo que ejerció en este periodo de su gobierno, se señala la arbitraria prisión del doctor Rawson, á quien encerró, en 1853, en la cárcel de San Clemente, asegurándolo con una arroba de hierro en las piernas.
Pasemos por alto las torturas morales sufridas por el doctor Rawson en la prisión, torturas de que él habla sin vano alarde, mostrando que se encontraba virilmente preparado de antemano para arrostrar todas las fatales consecuencias de sus actos y lleguemos á ese período triste de la historia nacional, que se conoce con el nombre de « período de la Confederación.»
Después de derribada en los campos de Caseros la tiranía que por espacio de veinte años había oprimido el país; cuando se contaba con que el patriotismo de todos los argentinos se mostrase unido para fundar una situación política que asegurase la libertad, impulsase el progreso, permitiese el renacimiento de las industrias y el comercio, llamase á todos los hombres del mundo para que vinieran á habitar en el suelo argentino, y cicatrizase, en fin, las heridas que en tan largo tiempo de opresión y de barbarie había recibido el país, por motivos que no hay para qué recordar, se