Página:Esploracion de las lagunas Negra i del Encañado.djvu/162

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
134
ESPLORACION.

concluian la aridez, las cenicientas rocas, los espantosos precipicios, para dar lugar a fértiles llanos perfectamente cultivados, a frondosos y corpulentos árboles, a risueñas campiñas y alegres chozas.

A las siete entrábamos en San José, casi al mismo tiempo que la caravana, que se habia venido por San Gabriel, todos molidos, fatigados, mas no descontentos, sino alegres.

M. Lapostol nos esperaba con una suntuosa cena i magníficos vinos. La hospitalidad cariñosa, por no decir espléndida, de este caballero, estoi seguro no se borrará jamás de nuestra memoria.

No siendo posible que todos alojáramos en su casa, se habia preparado cuatro o seis camas en el hotel, que no tiene nada que envidiar a los de la capital: mui buenos salones alfombrados y perfectamente amueblados, esmerado servicio i, lo que es mejor que todo, al ménos entónces, blandas y aseadas camas.

Nuestro buen compañero, don Miguel Lazo, habia también hecho preparar algunas camas en su casa.

A las diez, el comandante Vidal i Figueroa, acompañados del señor Lazo, se dirijian a casa de este último; el almirante Alvarez, Cruz, Castañeda i yo, nos marchábamos al hotel, donde, en verdad, estañamos, al principio, vernos en tan buenas camas i tan en alto, despues de haber dormido en el suelo.

Uno o dos se vinieron abajo a media noche, tan olvidados estaban de acostarse en catres.

Antes que nos retiráramos a nuestros alojamien-