rio para tres de nosotros; el mas grande, de unos quince metros de largo, servia para comedor i salon de tertulia en el dia, para dormitorio en la noche.
Formando ángulo con estas dos carpas estaba la que servia para almacen de provisiones. A espaldas de la gran carpa se encontraba la ramada.
Terminado el almuerzo con que esperaban a la comision los señores Luna i Castañeda i en el que reinó la mayor franqueza i buen humor, el intendente nos citó para las cuatro de la tarde con el fin de dividir el trabajo i arreglar un plan al que debieran ajustarse las operaciones.
Miéntras llegaba la hora de citacion, el señor Vidal tomaba algunas coordenadas jeográficas i los demás esploradores arreglaban sus trabajos.
A las cuatro en punto todos estaban sentados al rededor de la gran mesa de la carpa, esperando al jefe de la espedicion para oir de su boca la lectura de la órden del dia que asignaba a cada uno su puesto i la parte de trabajo que le correspondia en las tareas que debia iniciarse al siguiente dia.
Esa órden del dia, que fué escuchada con gran atencion i saludada a su fin con estruendosos aplausos, dice así: