Se ve, pues, que hai alguna diferencia entre el rendimiento que se alcanza en Llanquihue con el que se obtiene en Calbuco, i mui especialmente con relacion al trigo, cuyo producido en la colonia es un ciento por ciento mayor que el de las islas.
Tan notable diferencia proviene de que los colonos preparan bien sus tierras antes de entregarles las semillas, observando, además, un sistema regular a fin de no agotar el suelo. Así, en un terreno recien rozado, que es el mas fértil, siembran trigo o papas, cambiando al año siguiente. El tercer año usan la avena i alguna semilla de pasto para convertir el terreno en prado productivo. Con este último proceder abonan el terreno i se prepara de nuevo para que acepte trigo, papas, cebada o centeno; mientras tanto, en dos o tres años queda nuevamente apto sin haber dejado de ser útil.
En las islas de Calbuco no usan tal sistema i es ésta la causa del agotamiento de las tierras i del poco rendimiento de los cereales i aun de las papas. Después de la cosecha del trigo o de las papas, abandonan el suelo a la naturaleza: se enmaleza con yerbas viciosas e inútiles que mas empobrecen la tierra que la abonan. De manera que, después del supuesto descanso de dos o tres años, o ha ganado mui poco o se encuentra tan agotada como al fin de las primeras cosechas. En seguida, todo lo achacan a las malas cualidades del terreno.
La manera de mover el suelo entra tambien por mucho. En Llanquihue, la mayoría de los colonos usa del arado adecuado a la clase de suelo que tienen que remover, al paso que en las islas solo emplean el antiguo sistema de las lumas [1], que hacen del hombre una animal mas triste que el buei, pues que
- ↑ Las lumas son dos barras de la madera de su nombre (Myrtus Luma) que emplean desde mui antiguo en reemplazo del arado. Tienen la forma de paralelipípedos rectangulares, de dos metros de largo i un decímetro por cara. Uno de sus estremos forma mango i el opuesto termina en aguzada punta.
El operario, para usar tan rústico arado, se cuelga unas almohadas de cuero i lana que le cubren el vientre, i en seguida toma las lumas, una encada mano, para prepararse al trabajo. Las levanta paralelamente, i a distancia dedos decímetros una de otra e inclinándolas oblicuamente, sobre el terreno, las clava en el suelo empujándolas con las ingles. La mujer o algun niño le introduce por debajo un baston a fin de que apoyando las lumas sobre él arranque la tierra o tepe. El palanquero, como se llama el segundo operario, cambia a cada clavada de las lumas, de manera que el arador puede echar la tierra alternativamente una vez a la izquierda i otra a la derecha, hasta concluir el surco. Según la Agricultura chilena por el señor Gay, tal sistema es mui antiguo; pero en la actualidad no apoyan las lumas en el pecho, sino en las ingles, como se ha dicho; sistema fatalísimo, que con frecuencia produce perniciosas hernias a los labradores.