pajes, que no era posible aventurar el atravieso del golfo en tales circunstancias. En esta virtud, me dirijí a la lagunita de las Cuervos situada a espaldas de la punta de su nombre, o sea, en el estremo nordeste de la isla Huar. Esta pequeña laguna se encuentra a 7m,7 sobre el nivel de las altas mareas; corre de este a oeste por 518 metros, con una anchura média por su centro que apenas llega a 200. Sus aguas son dulces i cristalinas, i sus riberas, húmedas en parte, tienen suaves colinas cubiertas de cultivos entre los que campean algunas casas de labradores. Esta corta rejion es una de las mas hermosas de la isla Huar.
La laguna desagua por su estremo oriental, poniendo en movimiento con su emisario, un molinito para harina tostada, artículo de que hacen tanto uso los pobladores de esta isla. La distancia entre el mar i la laguna apenas llega a 200 metros.
A nuestro paso por la punta Cuervos, se midió su altitud, resultando elevarse sobre el nivel de alta marea, 36m,6. La altura de las barrancas occidentales de la isla, llamadas el Pedregal, se elevan 75m,88; pero creo que el centro de Huar pasa de 85 metros de altitud.
El resto del dia se destinó a herborizar i a colectar objetos de historia natural de los que se hizo abundante cosecha. En seguida se continuó con los preparativos de viaje para el rio Puelo, ese misterioso rio que tanto interés ofrece a los habitantes de Huar.
El 14 amaneció nublado i con lijera llovizna; no obstante, el viento sur continuaba con alguna fuerza. Sin embargo, a las 5h30m A. M. nos pusimos en marcha i a las 6h de la mañana, colocados en punta Redonda, nos botamos al golfo de Reloncaví. Los botes, aunque mui cargados i pequeños, sufrian bien, a pesar de ser de cuando en cuando mui atormentados por los escarceos de la marea vaciante en pugna con el viento sur, que les era del todo opuesto.
Corriendo la línea que va de punta Redonda hacia los farellones de Caicura, no pudimos notar el banco que se ha supuesto existir sobre ese rumbo, a pesar de haber surcado la última parte de la referida línea con toda baja mar escorada. Mui cerca de los farellones, fuertes marejadas quebraban por efecto de la mayor intensidad de la marea, lo que nos obligó a rodear por el sur i penetrar al puertecito de Caicura por entre los islotes pequeños