Página:Estudios de lírica contemporánea.djvu/41

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son recordados, desaparecidos en el presente, muertos. Pero son los muertos que han vivido, no “los cadáveres de una vida que nunca fue”, como leemos en T.LXXV. Son los que viven en la memoria y que son siempre testimonio y patrimonio del otro, porque siempre es el otro a quien se le permite-recordar: ¿‘Vallejo dice hoy la Muerte esta soldando cada lindero a cada hebra de cabello perdido” (T. LV). donde el yo se desplaza a un él referencial (el otro) borrando así la categoría de persona; o bien asumiendo la voz de niño como su otredad -lo que ya no es- para hacer posible la reedicióndel pasado no tanto como vuelta a lo sagrado, al paraíso familiar (connotaciones presentes en Trilce y no ciertamente de un modo difuso) sino como un recuperar el habla de la inocencia donde el mundo era decible todavía Por el acto de recordar se produce la polarización presente pasado donde en un primer momento parece reescribirse el texto romántico en la vuelta al pasado, a la nostalgia de su paraíso. al olimpo casero donde la deidad matema todavía reparte “aquellas ricas hostias de tiempos"; pero de inmediato la escritura trílcica subvierte la tensión: el yo que recuerda no vuelve a un pasado para mirar el presente: habla desde un presente pero un presente dividido. plegado; si el pasado invade el presente, destruye la supuesta plenitud del presente. En suma. dislocación de la linealidad del tiempo por lo cual el presente sólo se constituye desde el futuro de un pasado que “ya se ha ido", suerte de espejo que devolverá al sujeto la, imagen de sí que siempre buscó: bien en Trilce se privilegia deentre los muertos a lamadre, porque es la“muerta inmortal” todos en irfancia y en domingo, a las cuatro de la madrugada. por los caminantes _ encarcelados enfermas y pobres. Ya no reiré cuando mi madre rece (T. LVIII) la visión romántica. deja paso a la parodia y la ironía: la madre ha vuelto al presente a rezar y ya no hay por qué burlarse (reírse) porque ahora él es el óbjeto de sus rezos. es el rezado, vale decir: “caminante” “encarcelado” “enfermo” y “pobre”. Se escribe porque se recuerda: la escritura como memorial doméstico. centrado en el espacio del “domus", la casa: casa que es mundo, mundo que es casa: intercambiabilidad: la misma celda. La escritura como memorial doméstico conforme lo dice TJCLVII: “Según re■eren cronicones y pliegos/de labios familiares historiados”. es decir: pliegues por donde se escribe en un lenguaje críptico para que las verdades transcriptas no pierdan su poder de profecía: el futuro del pasado como lugar donde se constituye el presente y ahora entonces recuperamos el texto epigrá■co de Los heraldos negros que. a su vez, reescribe pliego tras El recuerdo lo ha hecho descubrirse en (desde) el presente como otro. La elegía,