Ir al contenido

Página:Estudios históricos por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XVI (1879).pdf/447

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
435
Federico el Grande.

no y sucesor de la soberana difunta, sentia verdadera pasion por Federico, de quien se mostraba siempre servil imitador, tan luego subió al trono, se apresuró á poner en libertad los prisioneros prusianos, no sin equiparlos ántes y proveerlos de manera conveniente para restituirlos á su patria, y despues de retirar sus tropas de las provincias que Isabel habia resuelto incorporar á su imperio, desligó á todos los súbditos alemanes del juramento de fidelidad que se habian visto forzados á prestarle.

Aun hizo más. No satisfecho con haber celebrado las paces más favorables á la Prusia, quiso entrar al servicio del ejército prusiano, y no siendo esto posible, vistió el uniforme de general de Federico, luciendo al pecho la placa del Aguila Negra, proyectó hacer una visita á su ídolo cuanto antes lo consintieran las obligaciones de su oficio, y le despachó á seguida en muestra de su buena voluntad un auxilio de quince mil soldados escogidos. Merced á este socorro, el Rey reparó los quebrantos de la campaña precedente, reconquistó la Silesia, deshizo á Daun en Bukersdorf y sitió y tomó á Schweidnitz, logrando ponerse en tales condiciones que al terminar la campaña de aquel año presentaba un frente tan formidable á las fuerzas de María Teresa como en 1759, ántes de sus grandes reveses. Aun no habia concluido la campaña cuando ya el emperador Pedro, asesinado por sus vasallos, dejaba el trono vacante á la emperatriz Catalina II, su esposa (1), la cual si bien no se mostró á los prin(1) A título de documento curioso respecto de tan trágico suceso, debe consultarse la Historia de la revolucion de Rusia en 1762, por M. Rulhiére, testigo de ella; libro raro que tradujo el autor de esta nota en 1878. Madrid, 1878, en, un vol.—N. del T.