e, Femina? Oro: OS Cio de viv
CAPÍTULO 1
Amir está sentado en mesa de trabajo y su actitud revela honda meditación. Luego toma la pluma y con resolución comien- za á escribir:
Mi querido tío: he tenido el placer de recibir, hoy, su atenta carta. la que me apresuro á con- testar.
En nombre de mi madre y en el mío doy á usted las más sinceras gracias por el ofrecimiento que se digna hacerme y que nos demuestra la alta gene- rosidad de su corazón.
Mi madre se resiste á salir de nuestra propiedad y yo apruebo su resolución.
Querido tío Jorge: en medio de nuestra digna pobreza, también encontramos mi madre y yo, la felicidad...
Mamá me repite que mi dicha es la suya y trata de convencerme — se lo confieso á usted —-é insiste en asegurar que mi deber es ir á Montevideo ¡pero yo solo!
Como ella no admite razones que la obliguen á dejar la casa blanca, yo no admito leyes ni sacrifi- cios que me obliguen á apartarme de mamá, toda vez que esto sería en mi concepto una arbitrariedad.
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