Amir y Arasi
CAPÍTULO VIT
La vida es un continuo desconcierto; vivir es batallar eon la felicidad y la desgracia; es llorar y reir.
El corazón humano necesita emociones, que qui- ten la apatía que se enseñorea de los seres faltos de iniciativas ó exentos de entereza de espíritu.
El choque de la tristeza y la alegría, de la desilu- sión y el triunfo, de la ira y la satisfacción, son la vida misma.
Clara y poética ha descendido la noche.
El silencio de los campos, es solemne; parece, que cumpliendo una amable promesa de cortesía, Calipso, envuelta en pálida y primorosa gasa que ha besado apenas una brisa, que sólo para ella tiene suspiros sagaces, ha bajado sonriente á soñar entre los cla- ros de las selvas, bajo las grandes copas de los árboles que, también sin rumores, inclinan cortés- mente sus grandes ramas, en profusión de flores olorosas. Suspira por doquiera, la poesía, enamo- rada de sí misma.
La noche toda. es un adorable suspiro de amor.
Herida melancólicamente por la magia nocturna, un alma está muy triste...
Es desdichada noctívaga, cuya tristeza sublime entibia el llanto.
¡Es tan imponente para ella, el tranquilo silen- cio de las selvas!...
Un run-run lejano, eseuchóse en compás incierto.
Cesó...