192 Margarita Eyherabide
— ¿Quienes son Luisa y María Ina?
— Pues Luisa es la que nos viste todas las maña nas y nos besa cuando nos portamos bien ó nos pone de penitencia encima del banco, si nos portamos mal. como estaba aquél el otro día.
— ¿Y María Ina?
— María Ina es una chicuela del alto de este borrego.
— ¿Y Arasi? — preguntó Amir, palpitante.
— ¡Ah! ¿Arasi, la prima?...
— Una nena, murmuró Amir — una nena tan pe- queña como María Ina.
— Pues no conocemos á la tal Arasi pequeña; no hay otra Arasi que la prima.
— ¿Prima tuya?
— Mía y de todos y de Luisa también.
— Y — murmuró Amir anhelante — y... seguido á verlos, la prima... ?
— ¡Ya lo creo! —todos los días; es muy buena, lástima que no es alegre, pues á nosotros no nos eusta la gente triste.
— ¿Y por qué es triste, la prima?
—Sin duda porque es muy llorona. Yo no sé, pero éstos dicen que la han visto llorar y por eso, Luisa nos manda al patio y se encierra allí con Arasi.
¿AMí, trás aquella ventana? í, allí mismo; pero nosotros lo queremos más á César, que es médico.
¿viene
o señpr — gritó uno qne parecía una espiga de maíz hlanco. — Yo la quiero más á Arasi. — Amir no pudo pasar sin dar un gran beso al simpático niño.
— ¿Y usted también es médico? — preguntó á Amir uno de los chicuelos.