Página:Fábulas de Fedro.djvu/209

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ellos formaron de nuevo mármol, graban el nombre de Praxiteles, y á la de plata el de Miron. Porque la envidia mordaz favorece siempre mas á los aciertos antiguos, que á los presentes. Pero voy á contar una fábula que lo confirma.

Demetrio, llamado Falereo, se apoderó de Athenas con tiranía. Sin embargo todos, y á porfía, como es ordinario en el vulgo, se atropellan á saludarle con alegres Vivas. Aun los Magnates besan la mano que los oprime, lamentándose interiormente de la triste mudanza de su fortuna. Aun los perezosos y entregados al ocio, acuden los últimos, porque no les perjudique el haber faltado á esta atencion; entre los cuales Menandro, célebre por sus comedias, (las cuales habia leido Demetrio, y admirado su ingenio, sin conocerle) venia con paso afeminado y lánguido, lleno e perfumes y arrastrando el vestido. Luego que el tirano le vió entre los últimos, dijo: ¿Cómo este afeminado tiene valor para ponerse en mi presencia? Respondiéronle los que venian á su lado: este es Menandro el escritor, trocado de repente, le saluda cariñosamente y le da la mano.