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Página:Fábulas de Samaniego (1882).djvu/125

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LIBRO CUARTO

Armada de guadaña en esqueleto
La Parca se le ofrece en aquel punto;
Pero el Viejo, temiendo ser difunto,
Lleno más de terror que de respeto,
Trémulo la decia, y balbuciente:
Yo... señora... os llamé desesperado;
Pero... — Acaba ¿qué quieres desdichado? ―
Que me cargues la leña solamente.

Tenga paciencia quien se cree infelice,
Que áun en la situacion más lamentable
Es la vida del hombre siempre amable:
El Viejo de la leña nos la dice.


FÁBULA V


EL ENFERMO Y EL MÉDICO

Un miserable enfermo se moria,
Y el Médico importuno le decia:
Usted se muere, yo se lo confieso
Pero por la alta ciencia que profeso,
Conozco, y le aseguro firmemente,
Que ya estuviera sano,