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LIBRO PRIMERO
Que el amo, hecho un gañan y sin reposo,
Te mantiene á lo conde muy ocioso.
El Perro le responde:
¿Qué más tiene que yo cualquiera conde?
Para no trabajar debo al destino
Haber nacido perro, y no pollino.
Pues, señor conde, fuera de mi casa;
Verás en las demas lo que te pasa.
En efecto salió á probar fortuna,
Y las casas anduvo de una en una:
Allí le hacen servir de centinela,
Y que pase la noche toda en vela;
Acá de lazarillo y de danzante;
Allá dentro de un torno á cada instante
Asa la carne que comer no espera.
Al cabo conoció de esta manera,
Que el destino, y no es cuento,
Á todos nos cargó, como al jumento.