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Preguntábanse, pues, únos á ótros:
¿Por qué este miserable Gusarapo
El único ha de ser que vitupere
Lo que tódos acordes alabamos?
Saltó la Zorra, y dixo: ¡Pese á mi alma!
El motivo no puede estar mas claro,
¿No sabéis, compañeros, que la Oruga
Tambien labra capullos, aunque malos?
Laboriosos Ingenios perseguidos,
¿Queréis un buen consejo? Pues, cuidado.
Quando os provoquen ciertos envidiosos,
No hagáis más que contarles este caso.