Ir al contenido

Página:Facundo - Domingo Faustino Sarmiento.pdf/120

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
120
Domingo F. Sarmiento

a un ejenbsə bu adicto suyo, pidiéndole consejo sobre la resolución que ha tomado, dice, de fusilar á todas las autoridades, en virtud de no haber decretado aún la devolución de las temporalidades.

El buen sarcerdote, que no había previsto lo que importa armar el crimen en nombre de Dios, tuvo, por lo menos, escrúpulo sobre la forma en que se iba á hacer reparación, y consiguió que se les dirigiese un oficio pidiéndoles ú ordenándoles que así lo hiciesen.

Hubo cuestión religiosa en la República Argentina?

Yo lo negaría redondamente, si no supiese que cuanto más bárbaro, y por tanto más religioso, es un pueblo, tanto más susceptible es de preocuparse y fanatizarse.

Pero las masas no se movieron espontáneamente, v los que adoptaron aquel lema, Facundo, López, Bustos, etc., eran completamente indiferentes. Esto es capital. Las guerras religiosas del siglo XV en Europa son mantenidas de ambas partes por creyentes sinceros, exaltados, fanáticos y decididos hasta el martirio, sin miras politicas, sin ambición. Los puritanos leían la Biblia en el momento antes del combate, oraban y se preparaban con ayunos y penitencias. Sobre todo, el signo en que se conoce el espíritu de los partidos, es que realizan sus propósitos cuando llegan a triunfar, aun más allá de donde estaban asegurados antes de la lucha. Cuando esto no sucede, hay decepción en las palabras. Después de haber triunfado en la República Argentina el partido que se apellida católico, ¿qué ha hecho por la religión ó los intereses del sacerdocio?

Lo único que yo sepa es haber expulsado á los jesuítas y degollado cuatro sacerdotes respetables en Santos Lugares (1), después de haberles desollado vivos la corona y las manos; poner al lado del Santísimo Sacramento el retrato de Rosas y sacarlo en procesión bajo (1) Estos sacerdotes fueron el cura Villafañe, de la provincia de Tucumán, de edad de setenta y seis años.

Dos curas Frias, perseguidos de Santiago del Estero, establecidos en la campaña de Tucumán, el uno de sesenta y cuatro, el otro de sesenta y sels.

El canónigo Cabrera, de la catedral de Córdoba, de sesenta años. Los cuatro fueron conducidos á Buenos Aires y degollados en Santos Lugares. previas las profanaciones referidas.