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Página:Facundo - Domingo Faustino Sarmiento.pdf/161

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Facundo

Extraviando caminos, llegan al Río IV donde se encuentran con el coronel Echavarría perseguido por los enemigos.

Navarro vuela en su ayuda, y habiendo caído muerto el caballo de su amigo, le insta que monte á su grupa.

No consiente éste: obstínase Navarro en no fugar sin salvarlo, y últimamente se desmonta de su caballo, lo monta, y muere al lado de su amigo, sin que su familia pudiese descubrir tan triste fin, sino después de tres años, en que el mismo que lo ultimó contara la trágica historia, y desenterrase para mayor prueba los dos equeletos de los dos infelices amigos. Hay en toda la vida de este malogrado joven tal originalidad, que vale sin duda la pena de hacer una digresión en favor de su memoria.

Durante la corta emigración del mayor Navarro, habian ocurrido sucesos que cambiaban completamente la faz de los negocios públicos. La célebre captura del general Paz, arrebatado de la cabeza de su ejército por un tiro de bolas, decidía de la suerte de la República, pudiendo decirse que se constituyó en aquella época y las leyes y las ciudades no afianzaron su dominio, por accidente tan singular; porque Paz con un ejército de cuatro mil quinientos hombres perfectamente disciplinados, y con un plan de operaciones combinado sabiamente, estaba seguro de desbaratar el ejército de Buenos Aires.

FACUNDO Los que le han visto después triunfar en todas partes, juzgarán que no había mucha presunción de su parte en anticipaciones tan felices. Pudiéramos hacer coro á los moralistas que dan á los acontecimientos más fortuitos el poder de trastornar la suerte de los imperios; pero si es fortuito el acertar un tiro de bolas sobre un general enemigo, no lo es que venga de la parte de los que atacan las «ciudades», del gaucho de la pampa, convertido en elemento político. Así, puede decirse que la civilización fué «boleada» aquella vez.

Facundo, después de vengar tan cruelmente á su general Villafañe, marchó á San Juan á preparar la expedición sob Tucumán, adonde ejército. Córdoba se había retirado después de la pérdida del general, lo que hacía imposible todo propósito invasor. A su llegada, todos los ciudadanos federales, como en 1827, salieron á su encuentro; pero Facundo no gustaba de las recepciones.

Manda una partida que salga adelante de la calle en