Ir al contenido

Página:Facundo - Domingo Faustino Sarmiento.pdf/211

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
211
Facundo

Esta prolijidad y arreglo ha distinguido en su vida privada á don Juan Manuel Rosas, cuyas estancias eran citadas como el modelo de la disciplina de los peones y la mansedumbre del ganado. Si esta explicación parece monstruosa y absurda, dénme otra; muéstrenme la razón por qué coinciden de un modo tan espantoso, su manejo de una estancia, sus prácticas y administración, con el gobierno, práctica v administración de Rosas, hasta su respeto de entonces por la propiedad, es efecto de que el gaucho gobernador es propietario»! Facundo respetaba menos la propiedad que la vida. Rosas ha perseguido á los ladrones de ganado con igual obstinación que á los unitarios. Inplacable se ha mostrado su gobierno contra los cuereadores de la campaña, y centenares han sido degollados. Esto es laudable, sin duda; yo sólo explico el origen de la antipatía.

Pero hay otra parte de la sociedad que es preciso moralizar, enseñar á obedecer, á entusiasmarse cuando. «deban entusiasmarse, á aplaudir cuando «deba» aplaudir, á callar cuando «deba» callar. Con la posesión de la «Suma del Poder Públicon la Sala de Representantes queda inúlil, puesto que la ley emana directamente de la «persona» del jefe de la República. Sin embargo, conserva la forma, y durante quince años son reelectos unos treinta individuos que están al corriente de los negocios. Pero la tradición tiene asignado otro papel á la Sala: allí Alcorta, Guido y otros han hecho oir en tiempo de Balcarce y Viamonte acentos de libertad, y reproches al instigador de los desórdenes; necesita, pues, quebrantar esta tradición, y dar una lección severa para el porvenir.

El doctor don Vicente Maza, presidente de la Sala y de la Cámara de Justicia, consejero de Rosas, y el que más ha contribuído á elevarlo, ve un día que su retrato ha sido quitado de la sala del Tribunal por un destacamento de la Mazorca; en la noche rompen los vidrios de las ventanas de su casa, donde ha ido á asilarse; al día siguiente escribe á Rosas, en otro tiempo su protegido, su ahijado político, mostrándole la extrañeza de aquellos procedimientos, y su inocencia de todo crimen. A la noche del tercer día se dirige á la Sala, y estaba dictando al escribiente su renuncia, cuando el cuchillo que corta su garganta interrumpe el dictado. Los representantes empiezan á llegar, la alfombra está cubierta de sangre,