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Acta de Benedicto XV

Pronto se vio cuán profunda era su doctrina cuando comenzó sus disputas contra los herejes: aunque recurrieron a todos los medios y las sutilezas doctrinales más atrevidas para combatir los dogmas de la Fe, sin embargo, fue maravilloso ver cómo los corrigio y los refutó. Esto ocurrió sobre todo en Toulouse, la ciudad considerada el centro y capital de la herejía, donde se habían reunido los adversarios más eruditos. El testimonio de los historiadores concuerda en que él, junto con sus principales compañeros, poderoso en obras y palabras, enfrentó la insolencia de la herejía; y no solo redujo su fuerza, sino que con su elocuencia y caridad de tal modo redujo su ánimo que devolvió a miles de herejes al seno de la Madre Iglesia. Dios mismo acudió en su ayuda visiblemente mientras luchaba por la fe; como cuando, habiendo asumido el desafío lanzado por los herejes para arrojar el libro de cada uno al fuego, solo el suyo no fue tocado por las llamas, quedando todos los demás incinerados. Así, gracias a Domingo, Europa fue liberada del peligro de la herejía albigense.

Quería, además, que sus mismos hijos estuvieran adronados con el mérito esta sólida doctrina . De hecho, tan pronto como se obtuvo de la Sede Apostólica la aprobación de su Orden y la confirmación de la noble denominación de Predicadores, fundó sus conventos lo más cerca posible de las universidades más famosas, para que sus estudiantes pudieran dedicarse más fácilmente a todo tipo de estudios, y más estudiosos se unieron a esta nueva familia. De esta manera, la Orden Dominicana estuvo marcada desde el principio por su insigne doctrina, y siempre fue su principal tarea y labor sanar los males dle error y difundir la luz de la fe cristiana, ya que nada supone mayor obstáculo para el salvación eterna que la ignorancia de la verdad y perversión de opiniones. Por lo tanto, no es sorprendente que la miradas y el ánimo de todos se volviese a esta nueva forma de apostolado, que, aunque firmemente basado en el Evangelio y en las doctrinas de los Padres, fue especialmente apreciado por la abundancia del conocimiento en todo género.