de residencia en Buenos Aires dedicados al comercio, habían pasado a vivir en Montevideo a principio de 1851, para trabajar en el ramo de abasto, en los pequeños mataderos que existían entonces en la costa sur.
Aficionado a los ejercicios acrobáticos, dirigió un circo de pruebas formado por muchachos, que funcionaba en la actual calle Curuguatí, antes denominada Paraguay, en las inmediaciones del Cementerio Central.
Por ese camino llegó hasta incorporarse a la compañía acrobática de Félix Henault, para debutar como trapecista en el circo del Durazno el 1° de mayo de 1875.
Al cabo de seis meses, el movimiento revolucionario de la Reacción Nacional contra el gobierno usurpador de Pedro Varela lo puso en el caso de regresar a Montevideo, donde fué tomado para el servicio militar e incorporado al batallón 4° de infantería, unidad creada en noviembre del mismo año 75, siendo su jefe el teniente coronel Filomeno de los Santos. Sus conocimientos de música, que había estudiado por imposición de su padre, le valieron una plaza de segundo pistón en la banda. Disuelto el batallón apenas pacificada la República, se hizo cargo de las clases de gimnasia del Colegio Hispano - Oriental de Montero Vidaurreta, ocupación que abandonó para organizar en 1880 una compañía acrobática, ecuestre y de pantomimas, en la que figuraban sus hermanos Gerónimo y Antonio.
Tal el principio de la verdadera dinastía de pruebistas y actores, a la cual se incorporarían luego los hermanos menores Pablo y Blanca Podestá, y los Scotti, ligados por casamiento.
Disuelta la compañía, que no respondió a las esperanzas, José Podestá se contrató en 1882 como acróbata en el Circo Chiarini, donde en ocasión de reemplazar accidentalmente al payaso enfermo, apareció por primera vez en los carteles anunciado como Pepino el 88, personaje que rápidamente se hizo popular en el país y en la Argentina.
En 1884, el payaso, convertido ya en actor y autor, estrenaba en el Politeama de Buenos Aires la pantomima “Juan Moreira”, sacada del libro de Eduardo Gutiérrez, de la cual hizo después una versión hablada que se estrenó en 1886 en Chivilcoy, representándose en Montevideo a fines de 1889, en unos grandes galpones todavía existentes en la calle Yaguarón, entre San José y Soriano, inmediatos al Mercado de la Abundancia. La pieza traída a la patria sufrió una feliz modificación que la adaptaba a nuestro ambiente. Por sugestión de Elías Regules, el número de baile, que consistía en un “gato” de las provincias argentinas, se cambió por el pericón nacional.
La obra, que tuvo un éxito completo, se representó 42 veces seguidas y José Podestá vino a quedar consagrado como el intérprete de Juan Moreira por excelencia.
Probablemente, juzgado como actor, no pasó de ahí, pero fué bas-
